©Rafael Ignacio Rodríguez Moreno, Sevilla, 2020.
- Presentación e índice. Notas aclaratorias sobre esta parte de nuestro trabajo, su metodología y tratamiento de los vestigios andalusíes.
- Algunas apreciaciones sobre la Prehistoria en la zona. Analizamos los vestigios hallados desde el Paleolítico hasta el Bronce Medio considerando los modos de vida durante estos amplios periodos en nuestra zona, proponiendo algunas hipótesis sobre sitios de posibles asentamientos en estas tierras, tratando la evolución del clima hacia la formación del propiamente mediterráneo y el desarrollo costero en base a dos conceptos, el de Sinus Tartésicos y Ligustinus Lacus para lo que hemos contado con importantes sugerencias de los autores del Proyecto Hinojos.
- Algunas apreciaciones sobre el Bronce Final, las características de la etapa fenicio-tartésica y la de la Protohistoria en la zona. Destacamos la importancia que damos a la impronta fenicia sobre la población indígena y el significado de la etapa turdetana analizando su significación como cultura en el contexto principalmente de las investigaciones del profesor José Luis Escacena Carrasco, analizamos las definiciones y hallazgos en nuestra zona de betilos y objetos betiliformes, seguimos el rastro de las estelas y las probables pervivencias del megalitismo en estas tierras para, finalmente, destacar su desarrollo en época turdetana y su importancia ante el inmediato poder peninsular de Roma. Dedicamos mucho interés a fundamentar nuestras hipótesis sobre los elementos culturales y geográficos que intervienen en los orígenes y ubicación de las ciudades plinianas, Olontigi, Laelia y Lastigi, con consideraciones geográficas y factores humanos especialmente de los entornos de Laelia, el curso del Maenuba para época romana en la cercanía de este prolongado asentamiento, el posible lugar del vado/puerto principal de este oppidum y las causas antrópicas que estimularon en dos posibles momentos históricos la formación del meandro actual, y adelantamos algunas reflexiones sobre la probable definición jurídica romana de los oppida de la zona, que son considerados aún por Plinio como oppida foedaratae stipendiariae, en su categoría de civitates stipendiariae et peregrinae durante la República y comienzos del Imperio, con cecas propias, consideración que derivó muy probablemente en la de municipia latina, posiblemente ya en época Flavia. Estudiamos los modos de poblamiento turdetanos en estos lugares y planteamos hipótesis sobre los orígenes prerromanos de las poblaciones actuales de estas tierras. Proponemos algunas consideraciones sobre la pervivencia en la zona de tipologías de útiles desde la Prehistoria Reciente y Protohistoria.
- Roma. Dividimos este apartado en dos capítulos que engloban distintos acercamientos a las manifestaciones romanas en estas tierras:
4.1. a 4.4.4. Tratamos los siguientes temas: Concentración urbana y poblamiento disperso, aclaraciones sobre la delimitación de polígonos, ubicaciones de vestigios y reutilización de materiales de construcción, definiciones y tipos de poblamientos en la zona, uillae y uici, remitiendo en todo momento a los yacimientos detectados en nuestras prospecciones, estudiamos la época romana en los posibles orígenes de nuestros pueblos actuales, estudiamos aquellos en el contexto del posible seguimiento en la zona de las recomendaciones de los agrónomos latinos sobre los lugares de ubicación de uillae y nos acercamos al conocimiento de los cultivos y las técnicas de explotación romana en la zona, la vid, el olivo y el cereal, así como al almacenaje y la elaboración de vino y aceite, tipos de molinos, el comercio y la importancia del autoconsumo. Planteamos algunas hipótesis sobre el desarrollo del hortus para alimentación y del jardín mediterráneo.
4.5. a 4-10. Análisis en base a las prospecciones superficiales de 2003 y 2006- 2010 así como a las campañas de excavaciones 1979, 1980 y 1981 del probable sitio de Laelia romana y de la estructura urbana del poblamiento. Estudiamos los posibles sitios de muelle urbano, los vestigios de un probable baluarte, la división del hábitat romano entre el tell como núcleo y un arrabal con talleres, entre ellos al menos de fundición primaria de minerales de Aznalcóllar, los posibles accesos a la cima del tell, estudiamos un posible origen remoto para La Molina, al occidente del tell, en época romana, nos acercamos a una interpretación del valor histórico del yacimiento del Cerro de la Cabeza y sus entornos- Soberbina, la probable Laelia pliniana, así como de la importancia del cruce de las vías fluvial y terrestre, calzada Onuba- Italica/Hispalis, para la comprensión de la Historia desde la Prehistoria Reciente, durante la Edad Antigua y hasta la Plena Edad Media de esta zona del Aljarafe, con algunas anotaciones sobre las actuaciones que en aquel se han realizado hasta ahora entre las que insertamos fotografías de aquellas aportadas para este trabajo por el Ayuntamiento de Olivares. En 4.7. estudiamos los posibles servicios que pudieron existir en los entornos de dicha calzada Onuba- Italica/Hispalis que cruzaba estos lugares así como, en 4.8., posibles sitios de necrópolis conocidos en nuestras prospecciones, destacando la arrasada durante estas en San Antonio Sur y las aparecidas en el mismo periodo al norte inmediato del tell y en la cercana huerta solar, o recogidos del decir popular. Ofrecemos hipótesis sobre la artesanía y los talleres en la zona así como destacamos la importancia del autoconsumo y del comercio local para finalmente detenernos a estudiar los materiales y las técnicas de construcción romanas en la zona a la luz de la prospección superficial, sus reutlizaciones y su posible pervivencia tipológica en época ya andalusí.
- A la luz de algunos vestigios, ladrillos decorados, posibles sarcófagos, hallazgos ocasionales y reutilizaciones posteriores, nos acercamos a conocer el tiempo tardorromano, paleocristiano y visigodo en la zona.
6 a 6.6. Centramos en estos capítulos algunos de los intereses más importantes durante las prospecciones que realizamos y para el desarrollo del presente Proyecto, el encuentro con al- Andalus en al- Šaraf a la luz principalmente de dichas prospecciones. Estudiamos en 6.1., ubicando los sitios en yacimientos prospectados, el poblamiento, la propiedad y las relaciones de trabajo y de producción en sitios situados entre al- day`a, al- qurà, alquerías, maŷâšir, cortijos, y al- madīna, y posibles localizaciones, así como al- burŷ, la torre, y el hisn, recinto defensivo. Para el tratamiento de las relaciones de trabajo, desarrollamos el concepto “relación contractual”, recogido de Ahmed Tahirí.
Analizamos en 6.2., la organización política- administrativa andalusí en al Šaraf noroccidental y las funciones de las al qurà en la administración territorial de al- Andalus. kuwar y husūm, coras y recintos amurallados.
En 6.3., analizamos el origen calcolítico, los posibles espacios romano y visigodo en Sanlúcar y el poblamiento de al- qaryat Šallūqa hasta la construcción del hisn almohade, su evolución urbana y su entorno de al- qurà y maŷâšir, posibles huwam o barrios, el posible sitio original de la alquería, la relación entre los diferentes espacios de Šallūqa, el perímetro y características de la muralla y recogemos nuestro proyecto de intervención y puesta en valor de los lienzos y torres al sur a partir de los conocimientos obtenidos por el equipo de la Escuela Taller “La Muralla”, dirigido por el arqueólogo Gustavo Queipo de Llano, entre 2005 y 2007, cuyas propuestas ampliaron en 2006 a partir de los resultados obtenidos en 2005, con el proyecto de Intervención Arqueológica Puntual no ejecutado y archivado que ahora hemos podido consultar en dicho Archivo Municipal de Sanlúcar la Mayor. Estudiamos a modo de hipótesis la posible configuración del interior urbano del recinto y las características del templo cristianizado sobre la masŷd al- yami`, mezquita aljama, la mezquita principal o del rezo colectivo de los viernes, interpretando en el interior del templo cristianizado y del alminar, posterior campanario. Estudiamos igualmente los orígenes de los otros dos templos mudéjares de Sanlúcar, Santa María o San Lucas, de probable origen mozárabe, y el de San Eustaquio, sobre el probable sitio original de la al- qaryat Šallūqa prealmohade.
En 6.4. (6.4.1.1. a 6.4.1.4.) formulamos algunas consideraciones e hipótesis sobre la organización de los espacios en el poblamiento rural de al- Šaraf noroccidental y las defensas. Tratamos sobre los materiales y técnicas de construcción en base sobre todo a la tapia y el ladrillo de los que ubicamos y definimos ejemplos en relación a distintos yacimientos. Analizamos sobre la pervivencia romana y lo específico andalusí. Consideramos la importancia de las reutilizaciones de materiales y tipologías romanas en época andalusí así como la pervivencia de algunas argamasas en base a una evolución o variedad del opus signinum o de la posible transformación del opus caementitium a través de la tabiya de piedra gruesa definida por Gurriarán Daza y Sáez Rodríguez. Estudiamos sillares, piedras irregulares y argamasas en distintos contextos de la zona. Hacemos algunas reflexiones sobre la tipología de las viviendas, de los espacios públicos, lugares domésticos y comunes (mezquitas, hamman) y del urbanismo, en la zona de este estudio a partir de diversos ejemplos más o menos cercanos pero formulando consideraciones en torno a algunos sitios de al qurà en estas tierras y al recinto amurallado de Sallūqa a partir de la recreación realizada por la mencionada Escuela Taller, hipótesis de urbanismo andalusí en nuestro Hisn.
En 6.5. La agricultura y el paisaje. Olivares. Huellas de probable regadío andalusí, bajomedieval y moderno en el valle del Guadiamar. Con este título insertamos el texto completo de mi ponencia en el I Encuentro de Arqueología del Guadiamar celebrado en Olivares y Albaida del Aljarafe entre los días 19 y 23 de octubre de 2009 en el marco de las actividades del Servicio Municipal de Arqueología y Patrimonio del Ayuntamiento de Olivares bajo la dirección del arqueólogo Pedro Rodríguez Cuevas.
Algunos tratados fundamentales de los agrónomos andalusíes fueron elaborados en el mismo Aljarafe o por personas muy unidas a él, así: al- Muqni‘ fīl- filāha (Lo que basta saber en torno a la agricultura), de Ibn Haŷŷāŷ al Išbilī, siglo XI, al Kitāb al- Filāha (Tratado de agricultura), de Abū l- Jair, finales s. XI- primeros del XII y al Kitāb al- Filāha, Libro de Agricultura, de Ibn al- ‘Awwām, finales s. XII- primeros del XIII: “yo sembré arroz en el Aljarafe”… “habiendo yo plantado de riego cebolla de azafrán en el Aljarafe”.
Para tratar de diferenciar y caracterizar estos espacios me baso en las importantes aportaciones de Expiración García Sánchez en “Cultivos y espacios agrícolas irrigados en al- Andalus” (II Coloquio Historia y Medio Físico. Agricultura y regadío en al- Andalus, págs. 17- 37, Almería, 1996). Trato también sobre las importaciones o difusión de tecnologías antiguas. Menciono los canales, acequias (sahriŷ), zúas, azud o presas (al- sudd), sistemas de riego (tablas, surcos…), noria (al- nā‘ūra, hidráulicas o de sangre, aceña) y otros mecanismos de elevación (dalw, šāduf), de abastecimiento, qanāt, mina, pozo (bī´r, más específicos para una “agricultura de jardines, individual, no lejos de los núcleos de población y de los pueblos grandes” (Lucie Bolens, “Agrónomos andaluces de la Edad Media”, Universidad de Granada e Instituto de Estudios Almerienses, Granada, 1994) o estructuras de almacenaje: aljibes, “cisternas, pilones, pantanos y albercas, al- bīrca (Ahmed Tahiri, “Agricultura y poblamiento rural en Sevilla durante la época `abâdî”, Área de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, 2001, Sevilla.). Los ingenios se aplican también a la transformación de productos agrarios mediante molinos de agua.
Defino dos palabras que nos acercan a la concepción del regadío en los espacios de al- Andalus: bustān (plu. basātīn) y ŷanna (plu. ŷannāt). Propongo en mi exposición que Ŷanna es más específicamente la huerta, el sitio para el cultivo de legumbres, hortalizas y en el que se cuidan algunos árboles frutales. Tiene, al menos como conjunto de pequeñas o medianas propiedades (a veces es sinónimo de toda la tierra de regadío), mayor extensión que el huerto- jardín bustān pero es menos arbolado, con menor importancia de la ornamentación y de la experimentación, funciones que pueden ser escasas o inexistentes, espacio, pues, más dedicado a la producción de verduras. Ŷannan es el hortelano, el agricultor de hortalizas y de árboles. Hay también presencia de cereales y leguminosas de regadío, ausentes en basātīn. Se trata de la unidad de producción agrícola de regadío básica, casi única funcionalidad. Ausencia de edificaciones. Propiedad parcelada de pequeños propietarios o de carácter comunal asociada a los habitantes de las cercanas alquerías o ciudad, tierras que organizaban por sí mismos, espacios diseñados por los propios campesinos. Creo que ŷannāt define los espacios de regadío que describimos en el occidente de Olivares, junto o cercanos al río Guadiamar, campos dependientes de las cercanas alquerías, al- qurà, algunas de cuyas estructuras para conducción de las aguas, quizás reutilizadas y mantenidas durante los siglos posteriores a al- Andalus, aún se mantienen a la vista.
Conocemos un primer espacio de regadío, el acueducto romano adrianéo de Talyâta (Tejada) a Tâliqa (Italica) coordinado por varias al- qurà de sus entornos inmediatos: al- qaryat San Antonio, al-qaryat La Pizana, al-qaryat Conti y al-qaryat Valdegrillos.
Los espacios de regadío en Arroyo el Cao. Este es un término popular que permanece en uso por la gente de Albaida y Olivares. Parece que puede estar expresando el recuerdo colectivo de una acequia principal o “madre”, cao (de caz), término frecuente en el Campo de Gibraltar y Málaga, o de qâdûs (arcadúz en su interpretación como caño, término este frecuente en nuestra zona, “caño del agua”), la que marcaba la línea o límite de rigidez superior de varios espacios de regadío estructurados en diversas zonas a lo largo de su recorrido, atravesadas por otras canalizaciones secundarias, itinerario en el que se incorporan distintas estructuras hidráulicas, canal en La Barranca del Tarajal, tal vez alberca o aljibe en Boquerones 1 o algún pequeño molino en Boquerones 2, arcos y bóveda en El Caos, para terminar en La Molina, bajo el tell de la antigua Laelia o Cerro de la Cabeza, en época almohade integrado en alquería Subarbina, aspecto aquel importante por la prioridad dada al riego sobre los molinos en al- Andalus a los cuales se les procura integrar siempre en el sistema local de regadío, aprovecharlo. Sigo el itinerario del canal madre desde El Tarajal de Olivares, espacio de regadío con base, probablemente en dos al- qurà, alquerías, cercanas, San Antonio, ya mencionada, y La Alegría. Prosigue por la zona llamada boquerones, posiblemente un espacio controlado por al- qaryat Torreón de San Antonio/Torre de Alpechín. Me detengo en el sitio conocido como al- qaws, palabra árabe que parece hacer referencia al arco de construcción almohade que existe allí bajo el Camino. Espacio de regadío controlado desde al-qaryat Valdegallinas- El Carrascal. Prosigo el itinerario del canal madre por tierras ya de al- qaryat Subarbina. Se crean otros espacios de regadío independientes de El Caos en la loma donde se ubica esta y otras muy cercanas al norte de ella. El canal madre El Caos termina en La Molina, al occidente del tell Cerro de La Cabeza, creando sus propios espacios de regadío en esta zona de la estrecha vega oriental del Guadiamar.
Termino diciendo: Arroyo El Cao, tal vez Arroyo al- qaws, Arroyo del Arco: Acequia madre de unos 6.061 metros entre La Zúa del Tarajal y La Molina del Cerro de la Cabeza, abasteciendo espacios de regadío y a algunas estructuras hidráulicas y realimentado a lo largo de su itinerario por otras fuentes para subsanar el gasto durante el recorrido y las propias irregularidades del caudal del río, sobre todo en el largo verano. Nos recuerda aquel de al- Isfahânî al describir el paso “de un río por una huerta” o “un huerto atravesado por un río” o una corriente. El topónimo popular, bien para todo el sistema de riego o sólo para el mencionado sitio de su itinerario, podría representar también una huella aún viva en el colectivo de estos campos.
En 6.6. tratamos los finales de al- Andalus en la zona y su pervivencia oculta con el título: Tiestos entre espigas y olivos. De los colonos cristianos y el olvido. Al- andalus perdida y al- andalus oculta y reutilizada. Algunas anotaciones sobre la Baja Edad Media en la zona y los vestigios de al-andalus. Al iniciar este apartado nos parece importante volver a las consideraciones ya expuestas en 1 “Presentación e índice de la Parte Segunda”, nota 8, págs. 4 a 14, referentes a las dificultades en la zona para el estudio de los materiales de construcción andalusíes y las diversas causas por las que estos vestigios se confunden en muchas ocasiones principalmente con los restos romanos, bien por su reutilización andalusí o por pervivencias tipológicas. Creemos que las prácticas empleadas en la conquista castellana de estos territorios y en el reparto de ellos, con la llegada de una sociedad feudal, influyeron decisivamente en la ocultación y olvido de los sitios de alquerías y de otros tipos de poblamientos en la zona.
Como indicamos en esta Presentación de la Parte Segunda, las siguientes notas 9 y 10, reproducidas de la Parte Primera ya publicada, proseguimos en nuestro interés por detectar lo que llamamos las huellas ocultas de al- Andalus en remodelaciones posteriores de unas edificaciones precedentes, principalmente como iglesias, a partir de torres, torreones y otras fortalezas o reutilizando mezquitas y alminares, alguna qubba, ribāṭ o zawiya, esta en Hiṣn al- Quliy᾽at, así como en las explicadas estructuras de regadíos andalusíes de la zona núcleo de nuestro estudio pero también en la toponimia, indicador fundamental de que estamos en la vieja al- Andalus. La mayor parte de estas reutilizaciones fueron ya tratadas con amplitud en aquella Parte Primera, y a esta remitimos. Ahora solo hacemos algunas referencias, principalmente al tratar de Šallūqa. En unos casos son certezas, en otros, solo hipótesis, aunque las creemos fundamentadas. Terminamos haciendo referencias generales a despoblados y repoblaciones en la zona, 6.6., pág. 14, en base a consideraciones propias y de estudios específicos como: Julio González, “El Repartimiento de Sevilla”, págs. 437- 439. Colección Clásicos Sevillanos, Área de Cultura, Ayuntamiento de Sevilla, 1998, Isabel Montes Romero- Camacho, “El paisaje rural sevillano en la Baja Edad Media”, pág. 330, Diputación Provincial. Sevilla. 1980), Manuel González Jiménez, “La repoblación de la zona de Sevilla durante el siglo XIV”, Universidad de Sevilla, 1993. Ahmed Tahirí, “Las clases populares en al- Andalus”, pág. 60. Ed. Sarriá, Málaga, 2003. Pierre Guichard,“El mundo rural andalusí”, en “La Historia en su lugar. Tomo 2. La Hispania romana y visigoda”, págs. 151- 152. Planeta, 2002. Juan Abellán Pérez, “Poblamiento y administración provincial en al- Andalus. La cora de Sidonia”, págs. 86 y 94. Antonio Rendón Jurado, “Aznalcóllar. Acercamiento histórico- cultural”, pág. 101, Ayuntamiento de Aznalcóllar, Delegación Provincial de Cultura y Diputación de Sevilla, 1994. Herrera García, A. “El Aljarafe sevillano durante el Antiguo Régimen”. Sevilla, 1981. Pinto Pabón, A. y Macías González, A.M. “Sobre la Historia de Sanlúcar la Mayor”. Ayuntamiento de Sanlúcar la Mayor, 1990.